Zermatt discute Lina Peak, una torre de 260 metros planteada como “pueblo vertical” para alojar a locales y empleados sin seguir inflando el suelo del centro. Promete 500+ viviendas, reglas anti-especulación y conexión por góndola, pero el caso real se decide en permisos, riesgo natural, movilidad y financiamiento.
Zermatt no está jugando a la arquitectura icónica. Está tratando de resolver un problema clásico de destinos premium: la gente que opera el lugar ya no puede vivir en el lugar.
La propuesta Lina Peak plantea una torre de 260 metros (853 ft) a la entrada del pueblo, con más de 500 departamentos y un esquema de subsidio cruzado para sostener vivienda accesible. La ambición es brutal. También lo es la fricción: permisos, riesgos naturales, movilidad y el costo político de poner un rascacielos frente al Matterhorn.
El diseñador y hotelero local Heinz Julen vende la torre como una válvula: crear espacio y bajar presión dentro de Zermatt.
El sitio propuesto está en el área de Biel, en las parcelas 7223, 4716, 4708 y 7216, alrededor de 800 metros antes del acceso al pueblo. La ubicación importa porque evita tocar el casco “orgánico” y concentra densidad donde hoy hay terreno agrícola de menor valor, según el planteamiento público del proyecto.
La premisa es simple y agresiva: si el pueblo no puede crecer horizontalmente sin destruir su paisaje y colapsar su logística, entonces crece verticalmente.
Fuente: Inmobiliare
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