Cuando Antara abrió en 2006 en la zona industrial de Granada, al norte de Polanco, rompió dos paradigmas a la vez: fue el primer centro comercial open air de alto nivel en la Ciudad de México y se convirtió en el proyecto que gatilló la reconversión urbana de lo que hoy conocemos como Nuevo Polanco.
Casi dos décadas después, el complejo se sigue reescribiendo. Con más de 140 tiendas distribuidas en tres niveles, restaurantes, cines y oficinas alrededor, Antara ya no se vende solo como plaza de compras, sino como espacio vivo. La nueva campaña “El poder de” es el síntoma: un manifiesto que lo coloca como oasis urbano donde la gente va a renovarse, sentir, conectar y estar junta, no solo a consumir.
De fashion mall a pieza de ciudad
Antara se posicionó desde el inicio como fashion hall de lujo, con marcas internacionales, un anchor como Casa Palacio y un Cinemex multicinema.
La diferencia estaba en la forma:
pasillos a cielo abierto, vegetación, espejos de agua y una traza que se comporta más como calle curva que como pasillo de mall tradicional. Esa decisión arquitectónica de Sordo Madaleno no solo creó una experiencia distinta de compras, también cambió el perfil urbano de la zona: atrajo inversión, disparó valores de suelo y aceleró la transformación de antiguas fábricas en un distrito mixto de oficinas, vivienda y servicios.












