Las personas que viven cerca de zonas verdes envejecen más lento e incluso muestran mejor salud, señaló un estudio de Kyeezu Kim, becaria postdoctoral de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, Estados Unidos (EE.UU.) y autora principal del artículo.
De acuerdo con la especialista y su equipo, tener acceso a parques y jardines públicos reduce biológicamente hasta dos años y medio de los ciudadanos.
“Creemos que nuestros hallazgos tienen implicaciones significativas para la planificación urbana en términos de expansión de la infraestructura verde para promover la salud pública y reducir las disparidades de salud”, indicó.
Barrios desfavorecidos presentan menor acceso a zonas verdes
De forma profesional, el equipo analizó un tipo de modificación química del ADN conocida como “metilación“, el cual, tiende a cambiar al envejecer. Estos cambios pueden utilizarse para estimar la edad biológica de una persona a nivel molecular, algo que se conoce como “reloj epigenético”.
Comprobando este factor, los científicos pueden predecir las probabilidades de que alguien sufra un infarto, cáncer o deterioro cognitivo.
Con esta información, la doctora Kim y su equipo analizaron los domicilios particulares de 924 personas en cuatro ciudades de EE.UU., que viven en direcciones rodeadas de un 20% de cubierta vegetal en un radio de 5 km.