La competencia global por el acceso a minerales críticos ha colocado a América Latina en una posición estratégica dentro del mapa económico internacional. A pesar de contar con algunas de las reservas más importantes del mundo, la región continúa sin capitalizar plenamente este potencial, advirtió el especialista en commodities e inversiones, Roberto Guzmán Garcia.
De acuerdo con datos de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), los países de esta región aportan alrededor de 180 mil millones de dólares al mercado global de minerales, lo que representa cerca del 25 por ciento del total.
Entre los principales recursos que se extraen en la región se encuentran el cobre, el hierro, el oro y la plata, insumos clave para industrias como la tecnología, la energía renovable y la movilidad eléctrica.
Para Roberto Guzmán Garcia, el verdadero valor de los minerales críticos no radica únicamente en su extracción, sino en la posibilidad de desarrollar cadenas de valor completas.
“Latinoamérica tiene el potencial de convertirse en el epicentro de cadenas de suministro regionales más competitivas, inclusivas y sostenibles del mundo”, destacó.
Entre la abundancia y el rezago
México es un ejemplo de esta contradicción, aunque el país cuenta con una amplia base de recursos naturales, no ha logrado consolidar una política integral que impulse el desarrollo de cadenas de valor mineras.
Según cifras de la Secretaría de Economía, la producción minero-metalúrgica mostró una recuperación importante al crecer 19.6 por ciento tras dos años de caídas y alcanzar un valor de 312 mil 461.2 millones de pesos en 2024. Pero, este repunte no se ha traducido en una mayor competitividad internacional o regional.
Esta falta de visión estratégica impide que los países latinoamericanos atraigan mayores inversiones en la industria minera y se posicionen como actores relevantes más allá de la exportación de materias primas, explicó Roberto Guzmán Garcia.
“La experiencia técnica y tecnológica es clave al comparar el desempeño latinoamericano con países como la República Democrática del Congo, que obtiene mayores rentas minerales gracias a estructuras productivas más eficientes», advirtió el Guzmán García.
Para el especialista en commodities e inversiones, si América Latina supera estos obstáculos y fortalecer su ecosistema minero-industrial con regulaciones menos restrictivas y mejores garantías para las empresas, estos países podrían convertirse en un proveedor clave para la transición energética global.











