Para muchas personas trabajadoras, adquirir una casa propia sigue siendo uno de los principales objetivos financieros. En este contexto, el crédito hipotecario que ofrece el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) es una de las alternativas más accesibles que existen en el mercado, al brindar condiciones favorables que se ajustan a los ingresos y necesidades de cada persona.
Una de las ventajas más destacadas del crédito Infonavit es su tasa de interés diferenciada, que va del 3.5% al 10.45%, dependiendo del nivel salarial del solicitante. Esto permite que personas con ingresos bajos o medios accedan a financiamiento sin quedar fuera por condiciones rígidas o elevadas tasas, como suele ocurrir en otros esquemas bancarios.
Además, a diferencia de la mayoría de los créditos hipotecarios tradicionales, con el Infonavit no es necesario dar un enganche, no se cobran comisiones por apertura o administración, ni se penaliza por realizar pagos anticipados o liquidar antes de tiempo. Estos elementos, en conjunto, se traducen en un ahorro significativo al momento de comprar una casa.
El plazo para pagar el crédito puede ser de entre 1 y 30 años, siempre que la mensualidad no supere el 30% del salario del acreditado. Otro punto a favor es que las aportaciones patronales —equivalentes al 5% del salario— se abonan directamente al capital de la deuda, lo que ayuda a reducir el tiempo de pago o el monto total.