La contabilidad, esta apuesta por lo ideológico puede llevar a la insolvencia, con un punto de inflexión tan previsible como la pérdida del grado de inversión de nuestra deuda soberana. Algo que ya ocurrió con el rating de Pemex, récord mundial de endeudamiento en el sector, con sus pasivos casi equiparados a sus activos.
Las nuevas generaciones no aceptarán que eso no cuenta porque ocurrió “en la época neoliberal”. El calentamiento del planeta y sus consecuencias es lo que les preocupará y ocupará, no interpretaciones maniqueas de la historia. Un gobierno que se jacta de humanista no debe permitir, destacaría lo que percibo como alguien que se dedica a buscar capital para financiar proyectos de emprendedores sociales y ambientales en México y América Latina. Con esta política energética estamos dejando ir al mayor tren de oportunidades de crecimiento en esta década y muy probablemente otra más: la innovación y la inversión para salvar al mundo de la amenaza climática.