Nature Sustainability publica que el ser humano ha modificado con sus construcciones unos 30.000 kilómetros cuadrados de océano, una cifra proporcionalmente comparable a la extensión de las tierras urbanizadas, según un estudio que cuantifica, por primera vez, esa “huella”.
Cuando se incluyen como el área modificada los efectos en las áreas circundantes debido, por ejemplo, a los cambios en el flujo de agua y la contaminación, la huella es en realidad de dos millones de kilómetros cuadrados, o más del 0,5% del océano, agrega es el estudio.
La modificación oceánica incluye las zonas afectadas por túneles y puentes; la infraestructura para la extracción de energía (plataformas petrolíferas, de gas o parques eólicos); el transporte marítimo (puertos y marinas); la infraestructura de acuicultura y los arrecifes artificiales.
El informe destaca que el desarrollo de los océanos no es nada nuevo, se produce desde el 2000 a.C., pero “en los últimos años ha cambiado rápidamente”, indicó Bugnot, en un comunicado de la Universidad de Sidney.
El desarrollo marino se produce principalmente en las zonas costeras, que son los entornos oceánicos más biodiversos y biológicamente productivos.