La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), desarrolla el Primer Coloquio “Historia del turismo en México”, organizado por la Dirección de Estudios Históricos (DEH), a cargo de Delia Salazar Anaya.
y transmitido por el canal de YouTube de la Coordinación Nacional de Antropología del INAH, la actividad académica reúne a panelistas del Instituto, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de diversos centros de investigación públicos y privados, con la finalidad de consolidar líneas de trabajo historiográfico en torno al turismo.
Al inaugurar las actividades virtuales del coloquio, enmarcado en la campaña “Contigo en la distancia”, de la Secretaría de Cultura, que reúne a panelistas del Instituto, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de diversos centros de investigación públicos y privados, Salazar Anaya señaló que esta actividad se vincula con aspectos como la economía, la historia, el urbanismo, los bienes patrimoniales y la identidad misma de las comunidades y del país.
En la primera mesa del coloquio, realizada el 7 de septiembre y transmitida por el canal de YouTube de la Coordinación Nacional de Antropología del INAH, la academia coincidió que el más remoto antecedente del turismo moderno al llamado ‘Grand Tour’, en el Siglo XVII, cuando los aristócratas europeos comenzaron a recorrer su continente y el Nuevo Mundo en busca de bagaje cultural y de relaciones con otros comerciantes y oligarcas, el fenómeno como lo conocemos hoy surgió en el Siglo XIX, a raíz de la revolución capitalista y el nacimiento del ‘tiempo libre’ entre las clases altas.
En dicha época, indicó el historiador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Eugenio Mercado López, en el México porfirista inició un proyecto cosmopolitista que buscó atraer visitantes de diversos países, conjugando el interés científico en la arqueología, como una forma de realzar el pasado de la nación.
Interrumpido por la Revolución Mexicana, dicho proyecto fue retomado por los gobiernos que triunfaron de la contienda, tan es así que obras de carácter antropológico y arqueológico como Forjando Patria (1916), de Manuel Gamio, promovieron el nacionalismo desde su propio subtítulo: Pro-nacionalismo.
Incluso, Manuel Gamio, comentó el historiador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, César Villalobos Acosta, fue el primero en publicar una guía turística en inglés para la visita la Zona Arqueológica de Teotihuacan.
En décadas subsecuentes, el Estado mexicano, como muchos otros estados nación, añadió, empleó elementos históricos como el mito fundacional de México-Tenochtitlan, para realzar el carácter resiliente de la población mexicana en su totalidad; y mediante actos como el encendido de la antorcha olímpica en 1968, en el que simuló una ceremonia de Fuego Nuevo en la Plaza de la Luna de Teotihuacan.
Al día de hoy, continuó, ese mismo vínculo entre arqueología y turismo sigue siendo un importante valor turístico, como lo muestra que entre 1920 y 2005, un total de dos mil 912 representaciones prehispánicas se han plasmado en aspectos del entorno cotidiano como billetes, monedas y timbres postales; al tiempo que los discursos fundacionales continúan promoviendo alocuciones identitarias, como prueba, dijo, está el actual espectáculo de mapping que el Gobierno de la Ciudad de México proyecta sobre la reconstrucción a escala del Templo Mayor del Tenochtitlan.