El método tilt-up vive un momento decisivo en México: además de crecer en popularidad en parques industriales y naves logísticas, empieza a abrirse paso en la normatividad local.
El tilt-up es un método de construcción con concreto en el que los muros de un edificio se colan horizontalmente en el piso o en moldes en obra y, una vez que fraguan, se levantan con grúas para colocarse en posición vertical como parte de la estructura.
Con el impulso de la Tilt-Up Concrete Association (TCA) y organismos técnicos nacionales, el país ya dio el primer paso con un reglamento en la Ciudad de México que reconoce esta técnica dentro de los procesos constructivos.
Este avance sienta las bases para que el tilt-up sea estandarizado, replicable y seguro, y abre un camino que permite elevar la productividad y reducir riesgos en obra.
Estandarización del tilt-up en México: reglamentos y normas
El Instituto Mexicano del Cemento y del Concreto (IMCYC) ha sido clave en la adopción inicial de normatividad, y trabaja en conjunto con especialistas para integrar el tilt-up a códigos locales.
La labor de estas instituciones crea un marco confiable para proyectistas, contratistas y desarrolladores que buscan certeza regulatoria al utilizar esta técnica en proyectos industriales y comerciales.
Productividad y beneficios del tilt-up para la construcción industrial
Uno de los argumentos más fuertes para formalizar la práctica del tilt-up es su impacto directo en productividad. Mientras en México el promedio se mantiene en 3 a 10 muros por día, en Estados Unidos se alcanzan 38 a 50 muros diarios gracias a metodologías estandarizadas y equipos de trabajo entrenados.
Esa diferencia muestra la necesidad urgente de contar con códigos claros y capacitaciones certificadas que cierren la brecha.