La infraestructura no es un gasto: Es una inversión estratégica para el futuro del país. Bajo esa premisa, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) presentó una ambiciosa propuesta para detonar el crecimiento económico mediante el fortalecimiento de la inversión en infraestructura, de cara al Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2026 y con una visión proyectada al 2030.
Durante una conferencia de prensa, el presidente nacional de la CMIC, Luis Méndez Jaled, expuso la necesidad de elevar de manera progresiva y sostenida la inversión pública en infraestructura.
La propuesta contempla incrementar la asignación presupuestaria hasta alcanzar el 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2026, apalancada con esquemas de inversión mixta que aportarían un 1.5% adicional, con el objetivo de alcanzar un total del 4% del PIB en dicho año y aspirar a un robusto 6% en 2030, donde el 4% provenga de la inversión pública y el 2% de la IP.
sitio 54 en infraestructura
En la actualidad, México ocupa el sitio 54 en infraestructura, entre 140 naciones evaluadas, entre otros motivos está el detalle de perder el 40% del agua potable en fugas y solamente el 15.4% del total de la generación de energía primaria proviene de energías renovables.
“La infraestructura es el catalizador del desarrollo nacional. No solo mejora la conectividad y la competitividad, sino que también genera empleos, promueve el bienestar y reduce brechas sociales y económicas”, afirmó Méndez Jaled.
El dirigente empresarial hizo énfasis en que esta estrategia debe estar acompañada de una planeación rigurosa, mecanismos de evaluación y transparencia que aseguren el impacto social y la resiliencia de los proyectos. En ese sentido, enumeró seis beneficios clave de la inversión en infraestructura:
▪ Impulsa el crecimiento económico regional y nacional
Genera empleos directos e indirectos
Mejora la calidad de vida y el bienestar social
▪ Fortalece la competitividad y la atracción de inversión productiva
▪ Incrementa la recaudación fiscal